miércoles, 16 de abril de 2008

Vagando en el jardín infinito,
Al caer el otoño me encontraste
Y con tu soplo permitiste mi ingreso por el portal,
A tu jardín secreto,
Permitiste que mis giros de hoja seca dejen de ser tan bulliciosos
Y los acompañaste con música del cántico de los mares
Permitiste que mi templo se bañara de Ti
Regalándole rocío a mis manos agrietadas

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