sábado, 5 de enero de 2008

al Poeta de Maracaibo


Le robamos un poema al tiempo
Le robamos pan al viento que nos traía el aroma de los campos de trigo
Y robamos tempestades de amor a los remolinos que iban naciendo
Y dejamos que nuestros palpitares nos hicieran grandes y fuertes. Robamos a la tarde el azulejo que se asomaba por la ventana
Y a la catara viva la dicha de no dejar de fluir
Y fuimos al fin Guerreros de la luz
En la distancia en el atardecer
Y aun así, fuimos la vida
En esas gotas perpetuas que Dios nos regalo con la lluvia
Que cae y moja liberándonos de aquello
Que hasta hoy nos mantuvo prisioneros, prisioneros…
Prisioneros entre murallas de letargo
Entre agujeros oscuros del ego
Para elevarnos hacia Ishq…
Hasta donde el loto florece
Y el vino es la bebida que baña a los amantes por siempre.

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